jueves, 19 de julio de 2012

Una provincia en la que la tasa de suicidio adolescente creció un 328%


En Salta, es el doble del promedio de la Argentina y cinco veces más alta que en Capital

El aparente suicidio de las jóvenes salteñasLuján Peñalva (19 años) y Yanina Nüesch (16 años) permite hacer foco en un fenómeno que trasciende los detalles particulares del caso. En la Argentina, las estadísticas más recientes revelan que los suicidios se han incrementado un 39% entre 1997 y 2008, y que uno de los grupos de edad que más peso han tenido sobre ese incremento es el de los adolescentes de entre 15 y 19 años de edad: el aumento fue del 102% en esa franja etaria.
Y un dato más, no menor para enmarcar el trágico caso de Luján y Yanina. La provincia de Saltaes la que exhibe la segunda tasa más elevada de suicidio adolescente de la Argentina, después de Jujuy. En Salta, la tasa de suicidio entre los 15 y los 19 años es de 23,1 por cada 100.000 habitantes, cinco veces más que en la ciudad de Buenos Aires (4,8 x 100.000), y más del doble de la tasa promedio de la Argentina (9,9 x 100.000).
La tendencia que reviste el fenómeno del suicidio adolescente en Salta no ofrece mejores perspectivas. En esa provincia, "los suicidios en el grupo de 15 a 19 años se incrementaron un 328% de 1997 a 2008", ilustra el documento "El problema del suicidio en Argentina 1997-2008", elaborado por la ONG Asociación para Políticas Públicas, a partir de estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación.
Otro trabajo de esa ONG ensaya una respuesta a este fenómeno. "Los jóvenes de zonas alejadas han experimentado el acceso a toda la información, «cultura» e interrelaciones de la Web, pero siguen viviendo en ciudades medianas o pequeñas, sin poder acceder a los «bienes» que les muestra la Web; están en una cultura tradicional. [...] Todo lo cual genera frustraciones, desfases culturales y conflictos -escribieron Diego Fleitas y Alejandra Otamendi-. Este fenómeno sería particularmente acuciante en los jóvenes de sectores populares, quienes son incluidos en la cultura global, pero humillados localmente y excluidos estructuralmente."

POBLACIÓN VULNERABLE

¿Por qué en todo el país los adolescentes ocupan un lugar tan preponderante en las estadísticas sobre suicidio? "Entre los 15 y los 25 años se da uno de los picos más altos en las tasas de suicidio en la Argentina. En la adolescencia suele estar el comienzo de enfermedades muy graves, sobre todo a nivel mental, como son los cuadros depresivos, los trastornos de ansiedad o la enfermedad bipolar. Si les sumamos otros factores, como, por ejemplo, el consumo de alcohol y de drogas, todo eso hace que el adolescente sea más vulnerable al suicidio", dijo a LA NACION el doctor Juan José Fernández, coordinador del programa de prevención del suicidio de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud bonaerense.
Este médico especialista en pediatría y en psiquiatría infantojuvenil del hospital Meléndez, de Adrogué, señaló dos datos preocupantes que surgen de un estudio que abarcó a tres hospitales del conurbano bonaerense. "En el 80% de los casos, los pacientes atendidos por lesiones compatibles con intentos de suicidio no eran reconocidos como tales y eran dados de alta sin ser derivados al equipo de salud mental. Si no se trata como corresponde, el riesgo de volver a intentar suicidarse es tres veces mayor en los siguientes 3 meses."
El otro dato que surge del estudio no es menos preocupante. "Lamentablemente, el suicidio se está corriendo a edades cada vez más tempranas. Hemos encontrado intentos de suicidio en chicos de 6 años", alertó Fernández, y agregó: "La adolescencia comienza cada vez más temprano, la conflictiva familiar es cada vez más importante, y no hay que olvidar que la psicopatología también se ve dentro de la infancia".




Advierten sobre la importancia de interpretar posibles conductas suicidas

Un suicidio afecta emocionalmente a cerca de 60 personas. Tras el caso de las chicas de Salta, especialistas alertan  sobre la trascendencia de estar atentos ante conductas suicidas y la responsabilidad de los medios de comunicación.  
La Asociación “Defender la Vida” ofrece capacitación y contención para ayudar a prevenir y trabajar en este flagelo.


La muerte de Luján Peñalva y Yanina Nüesch, halladas ahorcadas el pasado lunes en Salta, quienes se presume habrían decidido quitarse la vida, volvió a poner en el tapete la problemática de los suicidios, tendencia que registra un aumento gradual en Misiones. Especialistas que integran la Asociación “Defender la Vida” creada a los fines de la Prevención del Suicidio en Adolescentes y Jóvenes, advierten sobre la necesidad de estar atentos a los cambios de conducta y síntomas comunes que presentan las personas con tendencia suicida.

Los responsables de la organización cuyo objetivo es la prevención, contención y atención de aquellos adolescentes jóvenes, su entorno familiar y social que se encuentren en situaciones de riesgo de conductas autodestructivas, sostienen también que es vital que los medios masivos de comunicación tengan en cuenta las recomendaciones de la  
Organización Mundial de la Salud a la hora de transmitir estos lamentables episodios.

La psiquiatra María Carolina Cobas y el voluntario Danilo Ces, integrantes de la Asociación “Defender la Vida” participaron anoche del programa Debate Sobre el Futuro que se emite los miércoles a las 22 por canal 5 de Cablevisión y explicaron algunos aspectos a tener en cuenta al momento de actuar ante situaciones que causan conmoción social como el caso de las muchachas salteñas.

“El sensacionalismo no ayuda para nada cuando se habla de suicidio, es responsabilidad de los medios de comunicación el estar atentos y aplicar las recomendaciones de la OMS para transmitir una noticia como esta. Hoy vemos que se diviniza el caso de las chicas de salta como bajo el nombre de pacto suicida y en verdad hay que ser conscientes de que cierta información respecto al método utilizado no suma para nada”, explicó Ces.

A ello la psiquiatra agregó que los suicidios se previenen y es por ello que en el caso de los adolescentes los padres deben estar cerca y atentos a cualquier cambio de actitud. Para la especialista no se trata de identificar una causa única sino por el contrario hay un abordaje multicausal donde hasta inclusive puede incluirse el desgano, la falta de higiene, el cambio repentino de actitud o quizá aislamiento pronunciado.

Ante estas situaciones, más allá de establecer un diálogo con la persona en cuestión se insta a sumar la ayuda profesional para descartar cuestiones clínicas o actuar con derivaciones en el caso de que sea necesario.

Apoyo profesional

Sólo en este año en Misiones 31 personas se han quitado la vida. El suicidio es hoy en día un flagelo que centra la atención de grupos multidisciplinarios que buscan trabajar en prevención y postvención, (instancia posterior al hecho traumático).

En ese marco, “Defender la Vida” brinda capacitación y formación de voluntarios. Quienes estén interesados en la temática tienen que comunicarse al teléfono 376 -154385252 o ingresar al sitio web http://www.defenderlavida.org.ar/sitio

Mitos acerca del suicidio

Existen diversos criterios erróneos que las organizaciones que se dedican a la prevención del suicidio señalan que deben ser eliminados. Entre ellos figura la teoría de que "el que se quiere matar no lo dice", siendo que estadísticamente 9 de cada 10 personas que se suicidan dijeron claramente sus objetivos. Lo mismo ocurre con la versión que profesa que "los que quitarse la vida en realidad buscan llamar la atención" o quienes aseguran que "todo el que se suicida está deprimido". Hay otras cuestiones como patologías mentales, adicciones o trastornos del carácter, que pueden ser determinantes, según el caso.

Lo cierto es que hablar con una persona que quiere quitarse la vida disminuye potencialmente esa actitud  y puede ser la única posibilidad en que ese sujeto analice sus propósitos autodestructivos.

Entre los factores proyectores figuran: una buena relación entre los miembros de la familia, buenas habilidades sociales y confianza en sí mismo, búsqueda de ayuda cuando surgen dificultades, receptividad a las experiencias y vivencias de otras personas, prácticas deportivas o religiosas como también apoyo de personas relevantes consideradas como modelos positivos.



“En el 90 por ciento de los casos de suicidio hay un trastorno”

Así lo informó Danilo Ces voluntario de la Asociación Civil Defender la Vida. Explicó que “en el 90 por ciento de los suicidios hay un trastorno mental o a veces una adicción. Pueden haber distintas situaciones, aparte el suicidio es multi-causal, hay un detonante”. Sin embargo aseguró que el suicidio “es prevenible, no evitable, pero si prevenible, por eso la tarea de esta asociación es comunicar, porque esto es tarea de todos”.



Ces indicó que “en nuestra provincia todas las semanas tenemos la información de un suicidio, mientras tengamos una sociedad con un sistema que presiona, que oprima, con un sistema de educación que no cultiva ciertos valores y habilidades para la vida, debemos apuntar a los sectores juveniles y darles contención, porque los adolescentes son los adultos del mañana”. Explicó que la Asociación comenzó a trabajar hace 6 años y se dedica a dar contención.
“Defender la vida nace como asociación en 2006 y se da por el suicidio de un joven y ahí la madre decide convocar a una serie de profesionales y se comience a investigar sobre el tema” explicó Ces.

El voluntario indicó que los medios deben cuidar sus formas y no comunicar los datos de cómo son llevados adelante los suicidios, porque los jóvenes son vulnerables y asocian las situaciones desde el romanticismo. Pide que los medios comuniquen las situaciones causales de la muerte, no los medios o las formas en que se quitan la vida. “Hoy nuestros adolescentes se fijan en los adultos y los adolescentes buscan en estos momentos la totalidad, la plenitud, conseguir todo ya, internet, las redes, los distintos medios incentivan a la búsqueda de esta totalidad y plenitud que quiere el adolescente, por ello los adultos debemos acercarnos a los jóvenes, de forma directa”, indicó Ces. 

Explicó que “papá y mamá deben ser padres, ahora veo muchos padres que buscan ser amigos de sus hijos, deben contener a los hijos, porque esta sociedad tiene ciertoas patologías que afectan a los chicos”.

Ces planteó que debe haber programas especiales desde el Estado. No existen programas especiales para tratar estos casos. 

Por su parte la Psiquiatra Carolina Cobas, también voluntaria Asociación civil Defender la vida indicó que “la etapa de la adolescencia es una etapa de vulnerabilidad”. “Es todo un cambio que se produce a nivel físico, a nivel emocional y también esta en una situación de vulnerabilidad que se agrega por las situaciones que actualmente se vive, por la escasa comunicación con los mayores – padres, tíos, primos, vecinos – que se transformó en un marcado individualismo hace que los jóvenes estén e un estado de vulnerabilidad”.

La profesional remarcó la función de los mayores como modelos de los jóvenes, de donde aprenden los valores. Esta falta de modelos genera una falta de valores a los jóvenes y la no transmisión de esto afecta los factores de protección que tienen los adolescentes. El priorizar lo material sobre el afecto afecta a los jóvenes, “el amor ayuda al neurodesarrollo y eso a las relaciones fundantes, el vinculo con los cuidadores primarios”.  

La Asociación “Defender la Vida” creada a los fines de la Prevención del Suicidio en Adolescentes y Jóvenes, cuyo objetivo es la Prevención, Contención y Posvención de aquellos adolescentes jóvenes , su entorno familiar y social que se encuentren en situaciones de riesgo de conductas autodestructivas. Nace por y a través, de la preocupación y del dolor de observar y sentir los escenarios tan complejos y cambiantes que suceden a diario, donde la realidad impacta con situaciones de gran riesgo para los jóvenes.

Esta problemática psicosocial que pone en serio compromiso al presente y futuro de nuestro mas “preciado capital”, incluye fundamentalmente el consumo de drogas, de alcohol, etc. generadores de todo tipo de agresiones y auto-agresiones. Esta situación se ve influida por múltiples factores sociales, políticos, económicos, sanitarios, ecológicos y culturales que producen de diversas maneras lesiones en los vínculos humanos; deteriorando al individuo, la familia y la comunidad toda, instalando el peligro para lo que debería ser el saludable desarrollo humano.

La violencia actual, en sus diferentes manifestaciones se arraiga en los atributos de la sociedad, generando resquebrajamiento del entramado de las relaciones sociales. Hoy tanto en Argentina, como en todos los países de América Latina las tres principales causas de muerte que se dan entre los 15 y 24 años están relacionadas con los accidentes, los homicidios y los suicidios. Cabe recordar que el desarrollo de la personalidad y los eventos que sufre el adolescente-jóven son el resultado de un proceso, el cuál resulta de la interacción de éste con el medio ambiente. Las intervenciones destinadas a modificar actitudes violentas, tienen en cuenta la convivencia, el aprender a resolver conflictos, a promover el respeto a sí mismo y al otro, a respetar nuestros derechos y obligaciones en función de la comunidad.

Estamos convencidos que las acciones de carácter preventivo es posible, realizable y eficaz, pero deber ser con la participación, (responsabilidad), de todos. Por lo tanto las estrategias deben focalizarse en crear contextos positivos en la familia, la escuela, el trabajo y la comunidad. En la tarea de prevención no podemos limitarnos a impedir que una persona se suicide, nada del acontecer humano nos debe resultar indiferentes, si hay alguien que escucha no hay suicidio; hay esperanza…

Asociación Civil "Defender la Vida": 0376-154385252 ó vía mail a defender_lavida@yahoo.com.ar  defenderlavida@yahoo.com.ar 


martes, 26 de junio de 2012

Proliferan las Conductas Suicidas entre Menores y Adolescentes

Los especialistas dicen que han atendido casos de niños de entre 8 y 10 años. Cómo explican el fenómeno desde la psicología y la sociología. Señales de alerta que las familias no deben desatender.

Un niño de tan sólo 8 años encaramado en el techo de su casa amenazando con tirarse es lo que motiva esta nota. Puede que sea tan sólo un intento fallido de autoeliminación, pero la existencia de este tipo de situaciones debe, al menos, desencadenar una serie de interrogantes. ¿Qué motiva la necesidad de autodestrucción de un chico tan pequeño? ¿Qué indicadores no fueron vistos ni tenidos en cuenta por los adultos que lo rodean? ¿Qué situaciones sociales van gestando un acontecimiento de estas características? El licenciado Piedro Piemontesi, coordinador del Servicio de Atención Telefónica en Crisis (SATEC) y una de sus colaboradoras, la psicóloga María Dolores Rivas, intentan explicar este fenómeno.

Niños autodestructivos
Se sabe que las ideas suicidas, los intentos e, incluso, los casos en los que estas prácticas llegan a concretarse son la tercera causa de muerte en adolescentes y jóvenes de entre 15 y 24 años (ver aparte). Sin embargo, en los últimos años han comenzado a aparecer conductas suicidas o fantasías de autoeliminación como la relatada al comienzo de esta nota.

Los especialistas manifestaron que si bien no es frecuente que ocurra esto, que ya haya sucedido al menos una vez, es preocupante. También lo es la proliferación de conductas autodestructivas a temprana edad.

Por conductas autodestructivas se entiende todas aquellas que como consecuencia le generan un daño a la persona. “Es todo lo que el individuo realiza por sí mismo, por propia voluntad, con la finalidad de producirse un daño”, señala Piemontesi. Estas prácticas pueden ocasionar lesiones, golpes, intoxicaciones, cortes, juegos peligrosos –como el shocking game o ahorcamiento con la corbata–.

Lo importante es intentar explicarse por qué ocurren estas prácticas.

Las causas

¿Por qué se produce este fenómeno? Según Piemontesi, el motivo está ligado a cuestiones sociales. El proceso de globalización lleva cada vez más a los integrantes de una sociedad a masificarse en una serie de normas y de reglas. Paradójicamente, el proceso masifica pero desapega, conecta pero desconecta.

Los grupos sociales ya no tienen como referencia un espacio, no se identifican con un grupo como el club o los amigos. En tiempos de globalización está, por ejemplo, el shopping, y está para todos: desde el niño hasta el octogenario.

Otro aspecto importante es la ausencia de reglas y la falta de referentes. “Todo el mundo come lo mismo, se viste con lo mismo, vive lo mismo”. En este contexto, un niño se vuelve adulto y un adulto, adolescente. “No hay una identificación acorde con la etapa que uno está viviendo. Esta masificación lleva, inevitablemente, a la soledad.

De modo concomitante, crecen las adicciones, los accidentes, se incrementan la vida nocturna y el vagabundeo. En definitiva, esto se traduce en falta de sentido”, sostuvo el licenciado.

Para el sociólogo Héctor Castagnolo, desde hace más de 15 años, se comenzaron a poner en valor en la sociedad prácticas que se relacionan con el autocastigo, la rudeza, el golpearse, el soportar el dolor, porque quien realiza esas prácticas pone en escena su rudeza ante los demás. Lo que caracteriza el cambio de conducta de los sujetos desde los ’90 en adelante es la puesta en valor de disciplinas vinculadas con el dolor, el sufrimiento, en pos de lograr capacidades superiores al de cualquier competidor dentro de su vida. Insertos en una sociedad que pone en valor este tipo de prácticas, además de la ausencia de sensibilidad, son un caldo de cultivo para que sucedan este tipo de situaciones. A eso hay que sumarle padres ausentes, consumidos por dos o tres trabajos y en sintonía, una época en la que el consumo es el valor supremo.

En otro sentido, Castagnolo hace alusión a la conformación del universo simbólico de estos chicos, que crecen en medio de juegos virtuales donde “descuartizarse” es una conducta común, donde desaparecen los límites entre la vida y la muerte. “Si los zombies resucitan en cualquiera de esos juegos virtuales, no es de extrañar que un niño de ocho años que tiene ideas de autoeliminación, crea que puede “resucitar” tal como lo hacen los personajes de los juegos a los que está acostumbrado a jugar”, señaló.

Conductas a tener en cuenta

El licenciado Piemontesi mencionó algunas conductas en los más chicos que conviene no desatender. En primer lugar, cualquier aviso de autoeliminación es importante y es necesario dejar de lado el mito de “si lo dice, no lo va a hacer”.

Otros aspectos importantes son el aislamiento, la baja en el rendimiento escolar, el aumento de conductas de riesgo o de prácticas sociales agresivas, los cambios repentinos de carácter y los episodios de insomnio.

Lo importante, si se detecta alguna situación de este tipo, es saber pedir ayuda.

El SATEC atiende todos los días de 10 a 15 y de 18 a 23, a través del número de emergencias 911.

Fuente de Información: Paola Alé (pale@diariouno.net.ar)
Diario UNO - Mendoza

jueves, 17 de mayo de 2012

Un Millón de Suicidios al Año


La OMS alerta de un grave problema sanitario con 1 millón de suicidas en el mundo. Cada hora, ciento veinticinco personas ponen fin a su vida, más de dos personas por minuto. Hablamos de suicidios verificados, no de los camuflados como “accidentes”, previa ingestión de drogas, de alcohol o de broncas emocionales insoportables que conducen a pisar el acelerador sin freno.

Está entre las tres primeras causas mundiales de muerte en personas de entre 15 y 44 años, pero el sector que presenta mayor riesgo es el de los adolescentes. Entre poblaciones rurales, son las personas de edad que ya no se sienten útiles, ni necesitadas, ni queridas.

También existen “suicidios” enmascarados en el abandono de tratamientos médicos, para “hacer pagar culpas a la familia”.

Muchos ancianos que viven solos en las ciudades grandes y que aparecen muertos, no se han pegado un tiro, ni se han tirado por la ventana ni ingerido venenos. Se han dejado morir abandonándose en la comida y en la higiene, debilitándose, perdiendo fuerzas, y hasta intuyendo un descanso y una liberación en dejar de llevar un vivir sin sentido; para ellos, luego, para el universo entero.

¿Se sabe cuántos soldados se han dejado morir por no poder soportar la tensión de una confrontación absurda? ¿Hay suicidio más eficaz que dejarse matar por el “enemigo”, y sin “deshonor” ante la familia pues te los rinden militares? ¿Acaso en la guerra de Vietnam, las drogas no se distribuían desde la propia intendencia?

Para el año 2020, la OMS prevé que el número de muertes por suicidio en el mundo superará el millón y medio. Por ello urge tratarla como corresponde. Con una aproximación psicológicamente cálida, acogedora, tranquilizadora. Con el arsenal terapéutico, realmente efectivo, del que disponemos y con tiempo, paciencia, con ese sumergirse en el drama del enfermo.

Los suicidios en España duplican a los muertos en accidentes de tráfico y es la primera causa de muerte violenta.

Recordemos que ‘asistir’ (assistere) es, “estar al lado del otro”.

Los profesionales que trabajan en la prevención de los suicidios, insisten en que se trata de muertes evitables que, en algunos países, alcanzan 10,4 por cada cien mil habitantes y, entre los adolescentes, el riesgo es del 30% por la misma proporción.

Sabemos que el suicidio se ha convertido en un tabú tan fuerte como el incesto o, hasta hace poco, las denominadas “desviaciones” sexuales. Como fue tabú durante siglos tratar de la pedofilia, pederastia o, como ahora denomina el Vaticano para las experiencias de sus clérigos, “efebofilia”, atracción por jóvenes de 11 a 17 años.

En algunos Libros de estilo de medios de comunicación se reglamenta la publicación de estas noticias, “porque pueden provocar estímulo de imitación”.

La OMS pide mejorar la educación en el tema, reducir la estigmatización y aumentar la conciencia de que el suicidio es prevenible. Todavía, en muchas legislaciones, el intento de suicidio se castiga como delito. Y a un enfermo no se le lleva al paredón, se le cura y después se le fusila. La Iglesia católica y otras religiones, castigaban al suicida con la prohibición de ser enterrado en “tierra sagrada”. Con el progreso en la conciencia de una mayor libertad y responsabilidad, se han avenido con el subterfugio de que “no sabían lo que hacían”, “locura transitoria”, “fuera de sí, “enajenados”.

No hay más que ver las dificultades que tiene un enfermo terminal para tener una muerte digna, mediante suicidio asistido, o mediante eutanasia positiva, por compasión y por justicia. ¿Tanto cuesta reconocer el derecho a disponer de la propia vida? ¿Alguien nos ha pedido permiso para nacer? Algunos expertos piden más planes de prevención para intentar reducir el número de muertes y más información, algo que demandan también muchos familiares.

¿Pueden imponerse ideologías que parten de falsas premisas y de un fanatismo que condena a vivir, como durante siglos bendijeron las condenas a morir?

Partiendo del reconocimiento de este derecho inalienable, es necesario prevenir las decisiones fatales que podrían evitarse mediante atención médica y psicológica, comprensión y tratamiento, información adecuada y medios eficaces para enfermos depresivos, alcoholismo, drogadicción y esquizofrenia. Adolescentes que no asumen su cambiante realidad, o de ancianos sin medios para vivir con la dignidad que la sociedad les debe siempre ya que “las cosas no son de su dueño sino del que las necesita”. Y aunque la vida no tuviera sentido tiene que tener sentido vivir, pero con dignidad y sin padecimientos insoportables. No vamos de la vida hacia la muerte, sino hacia la felicidad de saberse uno mismo, libre y responsable.

El suicidio es una de las principales causas de muerte violenta en el mundo. Una realidad prevenible a través del apoyo y la educación.

Fuente de Información: Red Argentina de Suicidología