jueves, 22 de marzo de 2012

Transmisión Generacional de la Violencia



Escrito por Beatriz Sarrión Soro

La violencia contra las mujeres o violencia de género está recibiendo una mayor atención social e institucional en nuestro país culminando con la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. La exposición a la violencia de género en el ámbito doméstico se ha demostrado que es también causante de efectos negativos para los hijos e hijas de las mujeres víctimas, cualquiera que sea la edad de los menores, quienes pueden sufrir la violencia de forma directa, en forma de malos tratos físicos o emocionales, o de forma indirecta, siendo testigos de los actos violentos que padecen sus madres.
Los menores son también víctimas del maltrato a sus madres, y de que la violencia contra la mujer suele ir acompañada de violencia contra los menores, perpetuándose así un ciclo de comportamientos destructivos y modelos de conductas negativas en el niño que crece en presencia de esos episodios.
Los datos de los estudios, en su conjunto, indican que los niños que viven en hogares con agresiones a la pareja, tienen entre tres y nueve veces más posibilidades de ser maltratados físicamente por sus padres. Corbalán y Patró en un estudio realizado sobre una muestra de mujeres maltratadas residentes en centros de acogida, concluyeron que el 85% de los hijos fueron testigos de la violencia ejercida sobre sus madres, y en un 66,6% de los casos también ellos fueron maltratados, mayoritariamente de manera física y psicológica. El estudio realizado por UNICEF y Body Shop titulado ‘Tras las puertas cerradas” revela que en España hay cerca de 188.000 menores expuestos a esta violencia en sus casas, datos que pueden extrapolarse a 275 millones de niños en el mundo, que cada año son testigos de actos violentos en su familia.
Las repercusiones psicológicas van a depender de varios factores:
  • Las características personales de la víctima (edad, desarrollo, vulnerabilidad).
  • Las circunstancias del maltrato (cronicidad, tipología, gravedad, severidad).
  • La protección que ejerza la figura materna y el entorno familiar sobre el/la menor.
Consecuencias en las diferentes etapas evolutivas:
EMBARAZO:
  • Parto prematuro, bajo peso al nacer o mortalidad perinatal.
PRIMERA INFANCIA Y EDAD PREESCOLAR:
  • Falta o desorganización en el apego.
  • Trastornos de relación con sus iguales.
  • Retraimiento.
  • Retraso cognitivo.
  • Ansiedad.
  • Actitudes de negación y regresión.
  • Tristeza y aislamiento.
INFANCIA MEDIA (6- 11 años):
  • Problemas en el desarrollo socio-emocional.
  • Sintomatología de ansiedad, depresión y cognición (fantasías).
  • Aislamiento en el entorno escolar y social.
  • Violencia y comportamiento antisocial.
ADOLESCENCIA:
  • Fuerte sentimiento de desamparo.
  • Actitudes de responsabilidad excesiva en el hogar (papel protector).
  • Niveles bajos de autoestima.
  • Problemas académicos.
  • Embotamiento emocional, frialdad e indiferencia.
Transmisión Transgeneracional de la Violencia
Entre los efectos a largo plazo, que se asocian a la exposición de menores a la violencia, y que son fuente de preocupación, no solo por el bienestar y desarrollo de las propias víctimas, sino por la repercusión social que tienen, se encuentra el aprendizaje que hacen los menores de las conductas violentas dentro de su hogar.
Una revisión de las investigaciones de la Academia de la Ciencia de los Estados Unidos, afirma que “la tercera parte de los niños que sufrieron abusos o se vieron expuestos a la violencia paterna, se convierten en adultos violentos”. Efectivamente, los/as menores aprenden a definirse, a entender el mundo, y a relacionarse con él, a partir de lo que observan en su entorno más próximo, y en este sentido, la familia es el agente socializador más importante. Los niños que crecen en hogares violentos aprenden e interiorizan una serie de creencias y valores negativos entre los que se encuentran los estereotipos de género, desigualdades entre hombre/mujer, las relaciones con los demás, así como sobre la legitimidad del uso de la violencia como medio de resolver conflictos, que sientan las bases de comportamientos maltratantes futuros en las relaciones de pareja.
Fuente:
Sepúlveda García de la Torre, A. (2006). La violencia de género como causa de maltrato infantil. Cuadernos de Medicina Forense, 12(43-44), 149-164. Obtenido el 5 de mayo de 2011, de http://scielo.isciii.es/pdf/cmf/n43-44/11.pdf



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